Quietud
Camino lento, no sé el camino. Siempre camino y camino y así sin saber llego, aunque no sepa la dirección exacta de mis pasos. Casi por atracción, llego. Me siento en el pasto mientras mis manos recorren el verde de sus retoños, han crecido bastante desde la última vez que vine. También las gerberas que planté han retoñado. Que rápido pasa el tiempo, cuando el tiempo ya no existe. El árbol siempre tan frondoso, verde y hermoso, paso a saludarle, le huelo. Me acuesto debajo de él, veo las nubes pasar. Corren, dan vueltas y regresan a ti. El silencio me deja escucharme respirar, que calma se siente aquí a tu lado. Saco el libro, el separador me señala que ya casi terminaremos este cuento. El príncipe feliz. Te leo en voz alta, cierro el libro y pongo el separador en la misma hoja donde empezamos. Te cuento lo que me pasa, la vida se ha vuelto monótona, te cuento un mal chiste, te regalo mis sonrisas y después mis lágrimas por qué no. Comienza a oscurecer y el vigilante me echa esa sonris...