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Mostrando entradas de agosto, 2010

No me quieras tanto...

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Cuando era pequeña escuché a mi abuela decir algo que no entendí, me dijo "A veces por amor uno tiene que hacer tanto daño." Años más tarde sigo sin entenderla. "No me quieras tanto" respondí. No me quieras tanto como para hacerme sufrir No me quieras tanto como para hacerme llorar No me quieras tanto como para decirme adiós No me quieras tanto como para no regalarme tus migajas No me quieras tanto como para entregarte a estos brazos No me quieras tanto como para no imaginar un mañana No me quieras tanto como para que hoy te sueñe y mañana quiera despertar junto a ti No me quieras tanto como para dejar de sentirme como atracción de pasajero No me quieras tanto como para pedirme que sea lo que sé bien que no soy No me quieras tanto como para pensar que ya no quiero tener ser No me quieras tanto como para querer despegar los pies de la realidad No me quieras tanto como para tirarme al piso y ver que aún no hay luna llena. NO me quieras tanto como para que yo te quiera...

Me pregunto

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El agua corre al mar y me pregunto si los ríos la echarán de menos cuando ya no esté. El viento se lleva las nubes y me pregunto si el cielo les echará de menos cuando ya no estén. Los frutos caen a la tierra y me pregunto si el árbol les echará de menos cuando ya no estén. Los ojos lanzan miradas furtivas y me pregunto si el alma les echará de menos cuando ya no estén. Las manos acarician y me pregunto si hoy tu cuerpo las echa de menos ahora que no están. Las sombras se van al encender la luz y hoy me pregunto si la tuya echa de menos a la mía, hoy que no está. Las palabras se van con el viento y hoy me pregunto si no echas de menos el "te amo", ahora que ya no está. Las manecillas del reloj cambian con el tiempo y hoy me pregunto si tu reloj no extraña mi tiempo ahora que ya no está. Ni la luz extraña la oscuridad, ni el agua al mar, ni las manos a la piel. Yo sin embrago no soy como la luz, ni el mar, ni la piel. Entiendo poco de ausencias y espacios. Entiendo poco de agu...

Y no hay más...

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Tú tienes dueña y yo soy del viento y no hay más... Te paseas por mis sueños, te metes en mis palabras e inundas mis suspiros y no hay más... Me iluminas con tus detalles y estremeces este corazón que está ya tan lleno de polvo y no hay más... Sonrío con tu recuerdo y después maldigo mi suerte de vagabundo y no hay más... Escucho la melodía, su significado y maldigo al destiempo y no hay más... Recorro tu cuerpo una y otra vez en busca del pedazo de esperanza que el algún lugar del mismo te guardaste y no hay más... Me obligó a no pensar en un mañana, en un ayer, ni en el ojalá y no hay más... Recuerdo que tus manos no me pertenecen y que las mías son de fuego, que mis labios envenenan y no hay más... Veo por la ventana y me duele no ver ni la sombra de lo que fui, que no me permito sentir tu fuerza, tu pasión y tu amor y no hay más... Me arrepiento de haber enterrado las palabras de amor y los sueños de un mañana con la persona equivocada y no hay más... Agradezco la calidez, la vida ...

Atracción de pasajero

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Te amo. Te amo porque no te conozco. Te amo porque me sonríes del otro lado de la pantalla mientras compartimos un silencio, un secreto y hasta la comida. Te amo porque te busqué y nos topamos en este mundo por unos segundos nada más. Te amo porque sos un extraño. Te amo porque no te conozco, porque imagino tu sonrisa, tus ojos y hasta un café. Te amo porque no he cruzado una palabras contigo y aún así en este idioma extraño he compartido mucho más que con un conocido. Te amo por compartir esa canción y esta bella coincidencia. Te amo porque has llenado esta noche de tanta luz. Te amo porque deseaba tener una imagen así de fugaz. Una que no se extraña al amanecer, de la que no pesa la distancia, ni la pérdida.Te amo porque tu risa es cálida y sincera, porque tus palabras queman y apasionan. Te amo porque no hay daño a terceros. Te amo porque me tomas como lo que soy y sabes que sos...atracción de pasajero, eso somos mi amor. Pasajeros de este mundo. Vagabundos. Siempre de paso. De todo...

Agua y sed

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Me saludaste en la calle, te vi pasar y detuve mi caminar...me parecía conocida esa cara, dónde la he visto? Acaso en la calle, en una fiesta o en la biblioteca...sin embargo a los pocos minutos me encontraba caminando otra vez hacía mi destino, pensando sólo fugazmente en tu mirada y tus ojos llenos de luz al tropezar los dos en el mismo lugar. Al caminar por el pasillo de vinos me detuve frente a mi botella predilecta...la tomé y decidí llevármela hasta que recordé lo mucho que me gusta acompañar el vino con la compañía exacta y en estos momentos sólo contaba con el vino. Mala idea pensé y dejé el vino en donde lo encontré. Más una voz me hizo retornar, me tomaste de la mano y me hablaste sin parar. Cómo has estado preguntaste, qué has hecho de tu vida? Qué gusto encontrarte justo en el mismo lugar! Mi mente giró y viró 180 grados. Al principio tuve la incertidumbre de no saber tu nombre ni reconocer tu tono de voz, cuando un recuerdo me asaltó y tu mano contra la mía me despertó de...