Doble J
No sé en qué momento fue que me metí en el agujero del conejo, tampoco estoy segura de qué fue lo que me atrajo hacía ti...pero te encontré al final del túnel....cuando salí del otro lado me encontré con un realidad tan parecida a la mía, que me costó trabajo diferenciar entre esta vida y la otra...la vida del mundo paralelo.
Ese mundo paralelo parecía desafiar las leyes naturales. Me desafíaba en todos los sentidos. Rompía con las leyes más básicas, las mías, las tuyas, las de todos. Me sumerguí por sus aguas peligrosas, esos ríos de vida que corren por tus venas, me perdí entre los mechones de tu cabello, entre las comisuras de tu boca, bebí de tu agua y calmé tu sed. Mordí la manzana de tu paraíso.
Me quedé perdida en ese mundo paralelo, sin darme cuenta que ese mundo se mezclaba cada vez más peligrosamente con el mundo real. Leyes básicas de la física.
"Ningún cuerpo puede ocupar al mismo tiempo el lugar de otro."
La impenetrabilidad.
Al mismo tiempo.
Quizá por eso la física nos lo dejó claro desde el principio, para que nos estalláramos contra el suelo mil veces tratando de conseguir lo que por principio no es viable.
La necedad. Tal vez como dijo el buen Silvio, la necedad parió conmigo...esa necedad de vivir siempre entre dos mundo, entre tres, en ninguno. No puedo quedarme a jugar para siempre en el mundo paralelo y ya no sé cómo vivir en el mundo normal. Todo parece pintado a media tinta ahora. Así como la canción del " Lindo pescadito" no puedo salir del agua a jugar, no quiero, ni puedo abandonar el mundo real para vivir en el mundo paralelo.
Y cómo se destruye un mundo que no existe? Cómo se despide de alguien que nunca estuvo? Cómo se despide a un fantasma? Pasó? Realmente existió? A lo mejor nos lo imaginamos los dos mientras viajábamos en un carro con el techo lleno de estrellas...
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