Se te olvida...

Te cuesta tanto trabajo que al final cuando lo logras ya no te interesa el premio, sólo voltear hacia atrás y ver que lo conseguiste. Te equivocaste de persona. Soy de esas que odian sentirse premio de aparador. En cuanto me sientes segura y tuya, volteo a la salida más próxima y huyo. La razón es simple, uno no valora lo que ya tiene. Así de simple.

El deseo se desvanece cuando el deseo es satisfecho. Te sientes tan deseado por mí, que te olvidas que yo también soy deseada por otros. Es una decisión que esté contigo, pero no es una obligación. Puedo echarme a volar cuando quiera, pero se te olvida.

Te quiero tanto que crees que no puedo querer a nadie más que a ti. Te equivocaste de persona. Soy de esas que pueden querer aún amando. Amarte es una decisión, pero en cualquier momento puedo dejar de quererte y echarme a volar, pero se te olvida.

Te tomo de la mano porque me gusta compartir mi camino con el tuyo, pero no porque sea la única mano que puedo tomar, es una decisión compartir mi sendero con el tuyo, pero en cualquier momento puedo soltarte e irme a buscar nuevos caminos, pero se te olvida.

Si te beso es porque me gusta sentirte y saberte, pero no porque sienta que por tu boca corre la sangre de mis venas, besarte es una decisión, pero mis labios no son exclusivos, en cualquier momento puedo salir a repartir mi boca a donde quiera, pero se te olvida.

Te regalo mi cuerpo envuelto en caricias, pero no porque en tu piel haya encontrado la tierra prometida, tomarte y que me tomes es una decisión, pero el día y la noche que quiera, me envuelvo como regalo para otro ganador, pero se te olvida.

Has olvidado ya tantas cosas, que me lo estás contagiando. Me contagias de tus olvidos. A tal grado ya, que no recuerdo exactamente la razón de por qué te quiero hoy.

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